HIDRATACIÓN
El agua es un elemento básico para el correcto funcionamiento de cualquier persona. Sin una correcta hidratación, los sistemas del cuerpo fallan y se pueden desarrollar graves problemas de salud.
Con el agua se mantiene la temperatura corporal adecuada, se eliminan los deshechos y las toxinas que producen los órganos de forma natural y el proceso digestivo se desarrolla correctamente. El agua también transporta y distribuye vitaminas, minerales y compuestos orgánicos esenciales. Otra de las funciones de la hidratación es actuar como lubricante de las articulaciones, es decir, que el agua reduce la fricción entre los cartílagos y otros tejidos, haciendo también que se sintetice el líquido sinovial que baña a las articulaciones.
La deshidratación es la falta de hidratación, o dicho de otro modo, la alteración o falta sales minerales y agua en el plasma. Este problema produce sequedad en las mucosas y en la piel. Si se agrava, puede derivar en estreñimiento, disminución de la orina y daños en los riñones y en el aparato urinario. También produce fatiga general, pérdida brusca de peso y somnolencia, dificultad motora y el cansancio también inciden en la facilidad de acceso a los líquidos, esto, sumado a el consumo de algunos fármacos como los diuréticos, aumenta el riesgo de deshidratación.